InternacionalÚltimas noticias

ADN e Historia. La humanidad tuvo madres fundadoras

Un estudio genético en tumbas de 4.500 años revela una estructura social basada en clanes maternos en el este de China. Aunque el hallazgo pone en duda el modelo patriarcal temprano, los entierros no mostraron indicios de jerarquías sociales.

Un equipo internacional de investigadores ha identificado evidencia concluyente de una organización social matrilineal en un asentamiento neolítico del este de China. El descubrimiento, publicado recientemente en la revista Nature (Reino Unido), se basa en el análisis genómico de 60 individuos enterrados entre los años 2750 y 2500 antes de nuestra era en el sitio arqueológico de Fujia, en la provincia de Shandong.

La investigación reveló que los cementerios excavados se estructuraban exclusivamente por linajes maternos. Los científicos hallaron que todos los cuerpos del cementerio norte compartían el haplogrupo mitocondrial M8a3, mientras que los del cementerio sur correspondían al D5b1b. Estos linajes maternos se mantuvieron sin interrupciones a lo largo de al menos diez generaciones, lo que sugiere la existencia de clanes estables organizados en torno a mujeres.

En contraste, el análisis del cromosoma Y mostró una gran diversidad entre los varones, lo que indica que los hombres ingresaban desde otras comunidades y no permanecían en la misma al morir. Esta característica es propia de sociedades matrilocales, donde la descendencia sigue la línea materna y las mujeres permanecen en el grupo familiar.

Los entierros no reflejan jerarquías marcadas ni acumulación de riqueza:

No se hallaron ajuares funerarios significativos ni estructuras diferenciadas. Según el estudio, la comunidad practicaba agricultura de mijo y crianza de cerdos, con una economía autosuficiente y poca movilidad residencial, confirmada por análisis de isótopos.

Los investigadores estiman que la población efectiva rondaba entre 200 y 400 individuos. Si bien hubo matrimonios dentro de la comunidad, no se detectaron niveles altos de consanguinidad. Estos datos consolidan la hipótesis de una sociedad igualitaria y con fuerte cohesión social, centrada en la herencia materna.

Hasta ahora, las pruebas genéticas claras de linajes matrilineales eran escasas en contextos prehistóricos. Este hallazgo aporta evidencia concreta que permite reconsiderar los modelos tradicionales de organización social en el Neolítico. El descubrimiento contradice la narrativa evolutiva lineal que ubica al patriarcado como forma dominante desde las primeras sociedades agrícolas.

A nivel historiográfico, la existencia de clanes matrilineales en una cultura como la Dawenkou —una de las más influyentes del Neolítico tardío en China— sugiere que la diversidad de estructuras sociales en la antigüedad ha sido subestimada o malinterpretada por falta de herramientas técnicas como el ADN antiguo. El hallazgo, además, se alinea con registros etnográficos contemporáneos de comunidades matrilineales en Asia, como los Mosuo en Yunnan, cuya organización persiste hasta hoy.

Estos resultados no sólo modifican la comprensión sobre las formas de parentesco en el Neolítico asiático, sino que también reabren el debate sobre el papel de las mujeres en la configuración de las primeras estructuras sociales complejas.

Mientras se desarrollan nuevas investigaciones, el estudio invita a revisar las bases con las que se construyó buena parte de la historia social humana. Comprender cómo distintas sociedades han elegido organizarse puede ofrecer claves para interpretar no solo el pasado, sino también los modelos alternativos de convivencia que aún existen y resisten en el presente.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *