ANALISIS. Discurso del gobernador Passalacqua: lo que los misioneros reclaman y el gobierno no respondió
Passalacqua evitó referirse a los temas más urgentes que preocupan a la ciudadanía. Una encuesta reciente muestra que la seguridad, la salud, la educación y la confianza en las instituciones están en crisis, pero no figuraron en la agenda del mandatario.
Posadas Misiones, 1 mayo 2025
Este 1° de mayo, el gobernador Hugo Passalacqua inauguró un nuevo período de sesiones ordinarias en la Cámara de Diputados de Misiones. Lo hizo con un mensaje institucional cargado de referencias al federalismo, el equilibrio fiscal y la gestión sin grietas, pero sin abordar, ni siquiera tangencialmente, algunos de los principales problemas que atraviesa la provincia.

La omisión no pasa desapercibida. Un relevamiento de opinión realizado en abril dejó en claro que los misioneros muestran altos niveles de preocupación en torno a la inseguridad, el estado del sistema de salud, la calidad educativa y la confianza en las instituciones.
Mientras la ciudadanía apunta a estas prioridades con urgencia, el gobierno las deja fuera del discurso. La distancia entre la narrativa oficial y la realidad que viven los vecinos de Misiones es cada vez más evidente.
Discurso y realidad: lo que el gobernador no dijo y los misioneros sí reclaman
INSEGURIDAD. Según datos surgidos del relevamiento, la inseguridad encabeza el listado de preocupaciones ciudadanas. Los encuestados señalaron con fuerza la falta de patrullaje, la escasa presencia policial en los barrios y la percepción de que las inversiones tecnológicas en seguridad no han logrado resultados concretos.
Frente a esto, el gobernador optó por el silencio. En su discurso, no hubo referencias directas a la situación de la seguridad pública, ni a planes para fortalecer el sistema, ni a medidas que atiendan esta demanda social.
Omitir un tema tan sensible en un contexto de creciente malestar solo contribuye a profundizar la sensación de abandono que atraviesan muchos sectores de la población.
SALUD PUBLICA. Los datos recabados también revelan serias deficiencias en el sistema de salud provincial. Vecinos de distintos municipios mencionaron falta de insumos en hospitales, demoras para conseguir turnos médicos, y casos de cobros irregulares incluso con cobertura. Las condiciones en el interior de la provincia se describen como particularmente críticas.
A pesar de ello, el discurso oficial se limitó a mencionar la salud como un derecho básico, sin entrar en detalles sobre la situación real, ni proponer políticas que reviertan este cuadro.
En un escenario donde la salud pública está desbordada, la ausencia de autocrítica o propuestas concretas por parte del Ejecutivo debilita la confianza ciudadana.

EDUCACIÓN. La educación también fue abordada en el relevamiento, donde muchos misioneros reconocen ciertos avances, pero también expresan preocupaciones sobre la baja remuneración docente, los problemas de infraestructura en zonas rurales y las dificultades de inserción laboral para los jóvenes egresados.
El gobernador, sin embargo, habló de la educación en términos generales, destacando su valor, pero sin enfrentar los desafíos actuales ni reconocer las dificultades que enfrenta el sistema.
La brecha entre lo que se dice desde el estrado y lo que ocurre dentro de las escuelas no es sólo discursiva: es estructural, y afecta la credibilidad de las políticas públicas.
DESCONFIANZA INSTITUCIONAL. El relevamiento también indaga sobre la confianza en las instituciones. El resultado: una marcada desconfianza hacia los tres poderes del Estado. Los encuestados manifestaron dudas sobre la independencia del gobernador, la falta de alternancia en la política provincial y la escasa apertura al debate.
A pesar de esto, el discurso de Passalacqua reforzó el alineamiento con la estructura política dominante y reivindicó la continuidad del proyecto renovador. No hubo espacio para el debate sobre transparencia, control institucional ni participación ciudadana.
La sensación de que el poder político está cerrado sobre sí mismo genera fatiga democrática, sobre todo en una provincia donde el oficialismo gobierna desde hace más de dos décadas.
ECONOMIA. Finalmente, en materia económica, el gobernador celebró que una agencia internacional haya mejorado la calificación crediticia de la provincia. No obstante, los datos relevados muestran que la ciudadanía sigue fuertemente afectada por la inflación, el desempleo y la pérdida del poder adquisitivo.
Mientras el Ejecutivo destaca equilibrios fiscales y estabilidad macroeconómica, la calle muestra una realidad muy diferente, en la que muchas familias no logran cubrir sus necesidades básicas.
A esta disociación se suma un comentarios reciente surgido del ámbito empresarial, donde se plantea con claridad que si bien se reconoce la solidez de las cuentas provinciales, las cámaras empresariales consideran oportuno recordar la necesidad urgente de agilizar la devolución de saldos a favor del impuesto sobre los Ingresos Brutos (IIBB).
Reflexión final
El discurso del gobernador Hugo Passalacqua para esta apertura de sesiones ordinarias 2025 y la percepción de la ciudadanía, expresada en un reciente relevamiento de opinión, circulan por carriles distintos. Mientras desde el estrado se habló de equilibrio fiscal, diálogo institucional y cohesión social, lo que la gente vive en carne propia tiene otros nombres: inseguridad, hospitales colapsados, escuelas deterioradas, salarios insuficientes, descreimiento en la política y malestar económico.
La situación es aún más compleja si se consideran también las advertencias del sector privado, como la planteada por referentes de cámaras empresariales, que señalan la retención excesiva de saldos a favor en Ingresos Brutos, y llaman a la Provincia a actuar con sensibilidad fiscal en un contexto que demanda alivio y no acumulación.
Lo que el discurso celebró como eficiencia, la ciudadanía lo interpreta en muchos casos como desconexión. Y lo que el gobierno presenta como gestión ordenada, gran parte de la sociedad lo vive como falta de respuesta ante necesidades urgentes. Esa distancia no puede sostenerse de forma indefinida sin consecuencias en el vínculo entre gobernantes y gobernados.
En definitiva, gobernar no es narrar el poder, sino interpretar el presente y corregir el rumbo. No se trata solo de mostrar resultados, sino de leer con claridad las tensiones sociales, escuchar lo que incomoda y hacerse cargo de lo que se evita.
En tiempos donde la ciudadanía exige representación real y no frases institucionales, las omisiones tienen peso. El silencio frente a los problemas concretos no solo erosiona la legitimidad política, sino que también desgasta el vínculo de confianza que debe sostener toda convivencia democrática.
Redacción El Faro News
«Iluminamos lo que el ruido intenta ocultar»
