Aranceles de EE.UU. a Brasil. ¿Oportunidad o Amenaza para Argentina?
La reciente decisión de Estados Unidos de elevar drásticamente los aranceles a las importaciones provenientes de Brasil, llevándolos al 50% a partir de agosto, ha desatado un complejo escenario de «oportunidad o amenaza» para la economía argentina.
La medida tomada por EE.UU., que busca reorientar la política comercial estadounidense, generará en el corto plazo una importante desviación de comercio, impactando directamente en rubros donde Brasil ha sido un actor clave en el mercado norteamericano. Para Argentina, con exportaciones significativamente menores a EE.UU. en comparación con su vecino —6.400 millones de dólares frente a 40.000 millones de Brasil en 2024—, se abre una ventana de posibilidades, pero también la sombra de una mayor presión competitiva interna.
Potencial para la Foresto-Industria Argentina
El sector foresto-industrial emerge como uno de los principales candidatos para capitalizar esta coyuntura. En 2024, las exportaciones brasileñas de este rubro a Estados Unidos ascendieron a 3.300 millones de dólares, mientras que las de Argentina apenas alcanzaron los 150 millones. Productos como la pasta celulósica, maderas perfiladas, puertas y marcos de madera, y maderas aserradas de coníferas, donde Brasil concentró ventas millonarias, presentan ahora un nicho para que las empresas argentinas, especialmente aquellas con trayectoria exportadora y adaptadas a las exigencias internacionales de calidad y certificaciones, incrementen su participación en el mercado estadounidense.
La reducción de la oferta brasileña crea una demanda que la producción interna norteamericana difícilmente podrá cubrir de inmediato, dejando espacio para otros proveedores.
El Desafío de la Competencia Interna y la Necesidad de Reformas
Sin embargo, la misma medida que abre puertas exportadoras, también podría inundar el mercado interno argentino con productos brasileños que no podrán ingresar a EE.UU.. Rubros como maderas y tableros laminados y contrachapados, donde Argentina ya es un importador neto y compite con productos importados, podrían enfrentar una presión aún mayor.
Este doble impacto exige a Argentina una respuesta estratégica y ágil. Expertos como Gerardo Alonso Schwarz, economista jefe del IERAL NEA, enfatizan la urgencia de avanzar en reformas estructurales que mejoren la competitividad, más allá de los ciclos electorales. Solo así, las empresas argentinas podrán no solo aprovechar las oportunidades en los mercados internacionales, sino también fortalecerse para resistir la competencia interna y adaptarse a un panorama comercial global en constante cambio.