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El gobernador Passalacqua se expresó sobre las elecciones en Buenos Aires

Cada elección provincial en Argentina está enviando un mensaje inequívoco: las provincias exigen ser escuchadas. Lo que podría parecer un simple ejercicio democrático se ha transformado en una contundente demanda de federalismo real. Las recientes declaraciones de gobernadores como Hugo Passalacqua, Maximiliano Pullaro y Gustavo Valdés revelan un hartazgo creciente frente a la centralización del poder en Buenos Aires y una necesidad urgente de reconstruir el pacto federal sobre bases más equitativas y participativas.

El hartazgo del interior tiene voz de gobernador

“Cada elección provincial viene siendo una fuerte petición de más federalismo y de más cercanía con los problemas concretos del ciudadano de a pie”, afirmó Passalacqua, gobernador de Misiones. Esta frase sintetiza lo que muchos líderes del interior han venido señalando: la distancia entre la Casa Rosada y la realidad cotidiana de las provincias se ha vuelto insostenible.

En otras provincias, también

Maximiliano Pullaro, gobernador de Santa Fe, fue aún más claro: “Es un llamado de atención muy fuerte que el Gobierno Nacional debe atender.” En su declaración se trasluce una advertencia política y una verdad democrática: gobernar de espaldas al interior es gobernar contra la mitad del país.

Del reclamo a la advertencia política

El correntino Gustavo Valdés fue directo al núcleo del problema: “Sin gestión, no hay futuro. La gente no quiere más gritos, quiere hechos.” Su mensaje refuerza la idea de que ya no basta con declamar intenciones; las provincias exigen políticas concretas, inversiones genuinas, y un trato igualitario que supere las disputas partidarias y la retórica.

Esta suma de voces no es casual ni espontánea. Responde a una acumulación de demandas insatisfechas, promesas rotas y decisiones tomadas desde el AMBA que desatienden las particularidades productivas, culturales y sociales del interior argentino. Cuando Pullaro habla de “desarrollo con seguridad y en paz” o Valdés de “una verdadera agenda federal”, no están recurriendo al lugar común: están apelando al principio constitucional que sostiene que la Argentina es un país federal, no una prolongación geográfica de la Capital.

¿Y si el centralismo ya no es solución?

Algunos podrían argumentar que la Nación debe tomar decisiones unificadas ante la crisis económica. Pero el centralismo, lejos de ser eficiente, ha demostrado ser excluyente y, en muchos casos, ineficaz. Ningún plan nacional funcionará si no considera las singularidades y aportes de cada provincia.

El federalismo como camino al futuro

El Gobierno Nacional tiene hoy la oportunidad —y la responsabilidad— de interpretar con humildad este reclamo plural. Ignorarlo sería repetir errores históricos; atenderlo, en cambio, puede sentar las bases para una Argentina más equilibrada, más representativa y, sobre todo, más justa. ¿Está dispuesto el poder central a escuchar no solo a los gobernadores, sino al pueblo que los eligió? El federalismo no puede ser una palabra en los discursos; debe ser el eje rector de nuestras políticas públicas. Porque sin provincias fuertes, no hay Nación posible.

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