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El Gobierno apuesta por sumar reservas sin alterar el dólar oficial

El Ministerio de Economía lanza un nuevo esquema para reforzar las arcas del Banco Central sin recurrir a la compra directa de divisas, con el foco puesto en la deuda corporativa y el respaldo del FMI.

En un contexto donde el mercado cambiario mantiene cierta estabilidad, el Gobierno nacional pone en marcha una estrategia que busca engrosar las reservas internacionales sin tocar el dólar oficial. La medida, que entra en vigencia esta semana, apunta a captar los dólares que ingresan a través de operaciones financieras de empresas privadas, como emisiones de deuda o préstamos internacionales, sin necesidad de intervenir en la plaza cambiaria tradicional.

Desde el gobierno, explicaron que esta herramienta forma parte de un plan integral que busca fortalecer las reservas sin poner presión sobre el tipo de cambio. El mecanismo cuenta con el visto bueno técnico del Fondo Monetario Internacional, organismo que observa con atención los movimientos del Gobierno en un año clave para el cumplimiento de metas fiscales y monetarias.

Con las reservas brutas del Banco Central en torno a los 41.000 millones de dólares —una cifra que representa el punto más alto de los últimos tres años—, la administración busca evitar un nuevo pico de tensión cambiaria que afecte las variables macroeconómicas. En paralelo, el equipo económico apuesta al superávit fiscal como garantía para operar sin emisión monetaria, mientras proyecta cumplir con abultados vencimientos en julio.

Aunque la propuesta busca evitar sobresaltos, el uso de endeudamiento corporativo como canal para captar divisas genera interrogantes entre economistas y actores del mercado. Por un lado, destacan que permite ganar tiempo en un contexto financiero delicado. Por el otro, advierten que podría encarecer el crédito para las empresas locales y complicar su sostenibilidad si no se acompaña con un crecimiento real de la economía.

La estrategia también deja en evidencia una limitación, la falta de un ingreso sostenido de divisas por exportaciones, en un escenario donde las liquidaciones del agro aún no despegan como se esperaba. Sin ese motor, el refuerzo de reservas dependerá de la confianza de los mercados internacionales y del cumplimiento de metas pactadas con el FMI.

En el fondo, el plan revela una urgencia, que es evitar cualquier sobresalto que ponga en riesgo la estabilidad cambiaria antes de las elecciones legislativas. La pregunta que sobrevuela en el mercado es si esta táctica será suficiente o si se trata apenas de una maniobra de corto plazo que patea los problemas estructurales hacia adelante.

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