¿Es el momento para la Inteligencia Artificial en las aulas misioneras?
El reciente proyecto sancionado por la Cámara de Representantes de Misiones que promueve la integración de la Inteligencia Artificial (IA) en el sistema educativo provincial coloca a la provincia una vez más en el centro de la innovación pedagógica nacional. Sin embargo, cuando se observa el contexto real de las aulas misioneras y los desafíos que atraviesa el sistema educativo, surgen interrogantes legítimos sobre los riesgos y prioridades de esta decisión.
La ley aprobada establece que la IA deberá incorporarse transversalmente en todos los niveles educativos, comenzando por una fase experimental en el nivel secundario. Se reconoce el potencial de esta tecnología para transformar procesos de enseñanza, personalizar el aprendizaje y desarrollar nuevas competencias digitales. A primera vista, se trata de una propuesta audaz, alineada con las tendencias internacionales y con la histórica apuesta de Misiones por la educación disruptiva.

La nueva ley sancionada por la Cámara de Representantes de la Provincia de Misiones establece la integración progresiva y transversal de sistemas de Inteligencia Artificial (IA) en todos los niveles y modalidades del sistema educativo. Se fundamenta en el modelo de educación disruptiva vigente en la provincia y propone como prioridad un enfoque centrado en el ser humano, que promueva la innovación pedagógica sin desplazar los derechos fundamentales de los estudiantes.
Principales Lineamientos:
- Aplicación inicial en el nivel secundario, en una fase experimental abierta al ensayo y error.
- Definición amplia y dinámica de IA e IA generativa, con foco en el aprendizaje, el razonamiento, la creatividad y la producción de contenido.
- Incorporación transversal en el currículo, asegurando el acceso tanto para docentes como estudiantes.
- Evaluación crítica y seguimiento continuo del impacto de la IA en la educación.
- Generación de evidencias empíricas para mejorar la toma de decisiones, promover la innovación basada en datos y fortalecer la práctica docente.
- Promoción de la alfabetización digital y el pensamiento crítico en relación al uso de IA.
- Principios rectores: uso ético, inclusión digital, equidad, formación docente continua, y colaboración humano-máquina (humanidad aumentada).
- Autoridades responsables: Silicon Misiones, Escuela de Robótica, Secretaría Legislativa de IA, Ministerio de Educación, Subsecretaría de Educación Disruptiva, entre otros actores del ecosistema disruptivo provincial.
- Habilitación presupuestaria al Poder Ejecutivo para garantizar su implementación.
El contexto real: una deuda con la alfabetización
Mientras tanto, en el mismo sistema educativo, se desarrolla paralelamente un plan estratégico 2024-2027 titulado “Escuchar, hablar, leer y escribir”, cuyo objetivo es revertir uno de los principales problemas de fondo: la debilidad en los niveles de comprensión lectora, producción escrita y pensamiento crítico.

Las evidencias surgidas de las Jornadas Institucionales de Trabajo del Nivel Secundario muestran que muchas escuelas aún luchan por implementar con éxito estrategias de lectoescritura básicas. Esto genera una incertidumbre insoslayable: ¿Qué tan oportuna y viable es la implementación de IA en un sistema que aún enfrenta dificultades para garantizar aprendizajes esenciales?, aquí algunas consideraciones objetivas:
1. Superposición de prioridades pedagógicas
Mientras la ley impulsa la IA, el sistema educativo está abocado a mejorar las habilidades más elementales del lenguaje. Esta doble agenda puede fragmentar recursos, energías y atención institucional.
2. Brechas de comprensión tecnológica
Docentes y estudiantes carecen, en muchos casos, de una alfabetización digital sólida. Incorporar tecnologías avanzadas sin haber resuelto estas falencias puede derivar en una inclusión superficial o excluyente.
3. Desigualdad en el acceso
La conectividad, el equipamiento y la capacitación no están distribuidos equitativamente. Si la IA se implementa sin medidas correctoras, puede ensanchar la brecha entre estudiantes urbanos y rurales, entre escuelas públicas y privadas.
4. Riesgo de tecnocracia educativa
El discurso de la IA suele centrarse en la innovación, la eficiencia y la productividad. Pero la educación no es un laboratorio automatizado: requiere tiempos, vínculos y pensamiento crítico. Existe el riesgo de que se tecnifiquen los procesos sin atender a los vínculos pedagógicos.
5. Falta de evidencia pedagógica
La misma ley reconoce que aún no existen suficientes evidencias del impacto de la IA en el aprendizaje. Implementarla sin estudios de campo previos o evaluaciones sólidas podría ser prematuro y contraproducente.
Esto no significa desechar el valor de la IA, sino ponerla en su justo lugar: como herramienta complementaria al servicio de los objetivos pedagógicos centrales. Su incorporación puede fortalecer la alfabetización si se utiliza para crear entornos de aprendizaje personalizados, fomentar la escritura, analizar textos y apoyar a docentes con recursos inteligentes. Pero esto solo será posible si se prioriza la alfabetización como eje rector del sistema, y si se capacita intensivamente al cuerpo docente.
Reflexión final
La inteligencia artificial puede ser una aliada de la educación. Pero para que lo sea en Misiones, su incorporación debe partir de un diagnóstico sincero y comprometido con las debilidades estructurales que aún persisten. Apostar a lo emergente sin resolver lo esencial puede convertirse en una ilusión pedagógica peligrosa. La pregunta clave no es si debemos usar IA, sino cómo y para qué hacerlo. Y sobre todo, en qué momento.
Fuente: Redacción El Faro News