Escenas de guerra en Río de Janeiro: al menos 60 muertos y más de 80 detenidos en un operativo sin precedentes contra el Comando Vermelho
Los narcos usaron drones con explosivos contra la policía. El Gobierno federal y el estado de Río se cruzaron por la responsabilidad del operativo.
Río vivió el martes una jornada de violencia inédita, con escenas propias de una guerra urbana. Un megaoperativo policial desplegado en las favelas de Alemão y Penha, bastiones del Comando Vermelho (CV), dejó al menos 64 muertos, entre ellos 60 sospechosos y cuatro policías, además de más de 80 detenidos, según informaron las autoridades del estado.
El despliegue involucró a 2.500 agentes, apoyados por vehículos blindados, helicópteros y drones, en lo que el gobierno estadual denominó “Operativo Contención”, una ofensiva destinada a frenar la expansión territorial del CV, la organización criminal más poderosa y antigua de Río de Janeiro.

Violencia extrema en Río de Janeiro: más de 60 muertos tras un enfrentamiento entre narcos y policías
Drones, barricadas y tiroteos
Durante el operativo, los narcotraficantes atacaron a la policía con drones equipados con explosivos, una modalidad inédita en Brasil. “Así es como los criminales reciben a la policía de Río: con bombas lanzadas por drones. Es narcoterrorismo”, escribió el gobernador Cláudio Castro en la red social X, junto a un video que muestra uno de los ataques.
En los barrios de Vila Cruzeiro y Penha, los enfrentamientos incluyeron tiroteos prolongados, incendios y el uso de más de 50 autobuses para montar barricadas. Comercios, escuelas y servicios de salud fueron cerrados, y más de 200.000 residentes quedaron atrapados en medio del fuego cruzado.
“Está todo el mundo aterrorizado porque no paran los disparos”, relató una trabajadora social del complejo de Penha.
Choque político entre Río y Brasilia
El operativo generó también un cruce político entre el gobernador Castro y el Gobierno federal.
El mandatario estadual —aliado del expresidente Jair Bolsonaro— aseguró que la administración de Luiz Inácio Lula da Silva le negó tres veces el apoyo de las Fuerzas Armadas.
Sin embargo, el Palacio del Planalto desmintió esa versión: “No hubo ninguna solicitud formal de apoyo por parte del Gobierno estadual”, indicó un comunicado oficial.
El secretario de Seguridad Pública de Río, Víctor Santos, afirmó que la operación “fue planificada con antelación y no contó con respaldo federal”.
Cifras récord y denuncias por abuso policial
El saldo de víctimas convierte esta incursión en la operación más letal en la historia de Río de Janeiro, superando a la de 2021 —durante la pandemia—, que dejó 28 muertos en un solo día.
Organizaciones de derechos humanos y legisladores denunciaron excesos y ejecuciones extrajudiciales. “El Estado trata a las favelas como territorios enemigos, con licencia para tirar y matar”, escribió el diputado Henrique Vieira, mientras la presidenta de la Comisión de Derechos Humanos de la Asamblea Legislativa, Dani Monteiro, pidió explicaciones formales.
La Corte Suprema de Brasil había impuesto en 2020 restricciones al uso de helicópteros y operaciones en zonas con escuelas u hospitales, medidas que fueron levantadas este año.
Según datos oficiales, en 2024 murieron casi 700 personas en operativos policiales en Río, un promedio de dos por día.
Golpe al Comando Vermelho
Entre los detenidos figuran Thiago do Nascimento Mendes, alias Belão do Quitungo, considerado uno de los jefes regionales del CV, y Nicolas Fernandes Soares, presunto operador financiero de Edgar Alves de Andrade, alias Doca o Urso, uno de los líderes de la organización.
El Comando Vermelho, nacido en los años 70 en las cárceles cariocas, sigue controlando amplias zonas de las favelas, pese a haber perdido influencia frente a rivales como el Primeiro Comando da Capital (PCC) y el Terceiro Comando Puro (TCP).
Un día de caos total
El martes, las principales arterias del norte de Río permanecieron bloqueadas durante horas. Más de 30 escuelas suspendieron clases y decenas de familias debieron abandonar sus hogares.
“Nos quedamos sin colectivos, sin nada. Es un caos y nadie sabe qué hacer”, se lamentó Regina Pinheiro, una jubilada de 70 años que intentaba regresar a su casa.
El gobernador Castro advirtió que los batallones permanecen en estado de alerta ante posibles represalias del narcotráfico.
