Estados Unidos presiona a Google para que venda Chrome por presunto monopolio
El Departamento de Justicia propone medidas radicales para frenar el dominio del buscador en el mercado digital, incluyendo la venta del navegador Chrome y la eliminación de acuerdos preferenciales.
El gobierno de Estados Unidos intensificó su ofensiva legal contra Google al proponer que la compañía venda su navegador Chrome y modifique sus acuerdos comerciales con otras empresas tecnológicas. Esta medida forma parte de una serie de exigencias presentadas por el Departamento de Justicia (DOJ) como respuesta a lo que considera prácticas monopólicas en el mercado de las búsquedas en internet.
El caso, iniciado en 2020, se ha convertido en el más importante contra una empresa tecnológica estadounidense desde el proceso judicial contra Microsoft en la década de 1990. En agosto de 2024, un juez federal determinó que Google había mantenido un monopolio ilegal en los sectores de búsqueda online y publicidad asociada, con especial atención a sus acuerdos con fabricantes para establecer su motor como predeterminado.
Entre las prácticas que cuestiona el DOJ se encuentra el pago de miles de millones de dólares a empresas como Apple para asegurar que el buscador de Google sea el predeterminado en dispositivos como el iPhone. Según la acusación, estas tácticas dificultan que otras compañías puedan competir en condiciones justas.
Además de exigir la venta de Chrome, el gobierno también pretende impedir que Google continúe financiando a socios para obtener posiciones preferentes en navegadores y sistemas operativos. Argumenta que estas acciones consolidan un “gigante económico” que restringe la elección del consumidor y perjudica la innovación.
Google rechazó frontalmente estas propuestas. Alega que su buscador lidera el mercado por méritos propios y que los usuarios pueden cambiar el motor de búsqueda en sus dispositivos si así lo desean. Un portavoz de la empresa advirtió que las medidas propuestas por el DOJ serían perjudiciales para los consumidores, la economía y la seguridad del país.
La compañía también defiende que obligarla a vender parte de su negocio o compartir información confidencial con competidores comprometería su capacidad de innovación. Aunque el gobierno retiró su exigencia de que Google se desprenda de sus inversiones en inteligencia artificial, sí solicitó que informe sobre futuras operaciones en ese ámbito.
Pese a mostrarse dispuesta a renegociar algunos contratos con terceros, Google rechaza la venta de Chrome y anunció que apelará cualquier decisión adversa. Las discusiones sobre estas propuestas comenzaron en abril y continuarán durante todo el año, y el proceso judicial podría extenderse por varios años.
Expertos legales interpretan las demandas del DOJ como un punto de partida en una negociación más amplia. Mientras tanto, el caso se enmarca en un esfuerzo mayor del gobierno estadounidense por aplicar una regulación más estricta sobre las grandes plataformas tecnológicas sin frenar la competitividad del sector.
