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Mañana se entregará el premio Nobel de Literatura 2025: los favoritos, las apuestas y una Academia Sueca imprevisible

De Murakami a Rivera Garza, pasando por Ghosh, Krasznahorkai y Atwood, crecen las especulaciones en torno al próximo galardonado con uno de los premios más prestigiosos del mundo literario. La política, el género y la diversidad vuelven a jugar un papel clave.

La cuenta regresiva comenzó. Este jueves, la Academia Sueca anunciará al ganador del Premio Nobel de Literatura 2025, en medio de una expectativa global que, como cada año, mezcla pronósticos, apuestas y conjeturas. El galardón, dotado de unos 1.170.000 dólares, no solo reconoce el valor literario sino también el impacto cultural y, en los últimos años, un claro compromiso con la conciencia social y política.

De izquierda a derecha: el indio Amitav Ghosh, el húngaro László Krasznahorkai, la mexicana Cristina Rivera Garza y el español Vila-Matas.

¿Quién se llevará la gloria este año?

Aunque la lista oficial de nominados es confidencial, las casas de apuestas y la crítica especializada ofrecen un panorama de favoritos. El escritor indio Amitav Ghosh lidera este año las predicciones. Con obras como Mar de amapolas y La marea hambrienta, Ghosh se destacó por su narrativa histórica situada en el contexto del océano Índico y por su análisis profundo de los legados coloniales. Su elección sería significativa: desde Rabindranath Tagore en 1913, ningún otro autor indio ha ganado el Nobel.

Le siguen de cerca László Krasznahorkai, el húngaro de prosa densa y temática existencial; el australiano Gerald Murnane, entre la autobiografía y el ensayo; y dos viejos conocidos de las apuestas: el japonés Haruki Murakami y el estadounidense Thomas Pynchon, este último en plena resurrección literaria con nueva obra a los 88 años.


Rivera Garza: irrupción latinoamericana

Una de las sorpresas del año es la aparición de la mexicana Cristina Rivera Garza, recientemente ganadora del Pulitzer por El invencible verano de Liliana, donde explora el feminicidio de su hermana y los horrores de la violencia de género. Con una literatura que desafía las estructuras narrativas y prioriza el compromiso político desde lo íntimo, Rivera Garza representa una voz potente y necesaria en la escena literaria global.

Argentina, por su parte, no ha logrado aún coronar a un Nobel de Literatura, aunque este año César Aira y Samanta Schweblin aparecen en algunas predicciones, representando tradiciones literarias muy distintas, pero ambas con reconocimiento internacional.


Alternancia de género y dimensión política

Desde 2018, tras una grave crisis institucional en la Academia Sueca, el Nobel alterna simbólicamente entre hombres y mujeres. El año pasado lo recibió la surcoreana Han Kang, por lo que todo indicaría que en 2025 la balanza podría inclinarse hacia un autor masculino. Aun así, la dimensión social y política del galardón se mantiene vigente: la Academia evita premiar a voces «urgentes», pero valora obras que interpelan los conflictos del presente sin caer en el panfleto.


Los nombres que siempre suenan… y nunca llegan

Margaret Atwood, Stephen King y J.K. Rowling aparecen todos los años en las predicciones, pero nunca llegan a ganar. La canadiense Atwood, célebre por El cuento de la criada, es quizás la más cercana, aunque su popularidad la ha vuelto paradójicamente menos atractiva para un premio que suele esquivar el mainstream. Lo mismo ocurre con King y Rowling, cuyas carreras están teñidas por éxitos masivos y, en el caso de la británica, por polémicas ideológicas recientes.


Estados Unidos, ¿fuera del radar?

La historia reciente muestra que la Academia Sueca es reacia a premiar literatura estadounidense, salvo excepciones como Louise Glück (2020) o Bob Dylan (2016). La tendencia parece continuar este año, a pesar del fenómeno editorial que representó Rebecca Yarros con Alas de sangre, una de las novelas más leídas del año. Sin embargo, con 44 años y escaso recorrido literario profundo, sus chances reales son mínimas.


El largo camino hacia el Nobel

El proceso de selección del Nobel comienza en septiembre del año anterior y atraviesa varias etapas de filtrado. De más de 200 propuestas iniciales, se llega a una lista de cinco nombres que se estudian a fondo durante meses. Los miembros de la Academia Sueca elaboran informes detallados, y el voto final requiere mayoría absoluta. El hermetismo que rodea este proceso —los nominados se revelan solo 50 años después— alimenta tanto la mitología como las frustraciones del galardón.


¿Imprevisible o estratégico?

La Academia Sueca ha demostrado en las últimas décadas que prefiere sorprender antes que confirmar pronósticos. Por eso, aunque Murakami o Atwood figuren cada año, no es garantía de éxito. Y aunque la política no esté explícitamente en la agenda del Nobel, sí lo está el compromiso con la diversidad cultural, la innovación formal y la denuncia de las injusticias.

El jueves se revelará si la Academia premia una carrera consolidada, como la de Ghosh o Murakami, o si vuelve a sorprender con una apuesta inesperada. Lo que es seguro es que el mundo volverá a debatir sobre literatura, política y quién merece —y quién no— el galardón más prestigioso de las letras.

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