¿Otra traba más para exportar? Preocupación en Misiones por el paro aduanero y su impacto en la economía regional
El Sindicato Único del Personal Aduanero de la República Argentina (SUPARA) confirmó un paro nacional los días 15, 16, 29 y 30 de abril de 2025, afectando fuertemente la operatividad en los pasos fronterizos. En Misiones, provincia con fuerte perfil exportador, cámaras empresarias advierten sobre el impacto devastador de la medida para las pequeñas y medianas empresas que dependen del comercio exterior.
Las Cámaras solicitan que el servicio de Aduanas sea declarado como esencial para evitar más perjuicios económicos.
El reclamo gremial busca mejoras salariales y condiciones laborales, pero el modo elegido —apagar los sistemas informáticos, realizar asambleas y detener operaciones durante horarios clave— implica una paralización operativa real. Si bien SUPARA aseguró que no se afectará al turismo internacional, en zonas como Posadas, Puerto Iguazú o Bernardo de Irigoyen, donde la actividad económica gira en torno al intercambio fronterizo, el efecto es inmediato: cargas detenidas, demoras logísticas, y contratos en riesgo.
Misiones: un perfil exportador que no puede detenerse
La provincia de Misiones exporta madera, yerba mate, té, tabaco y productos industriales. Las pymes que lideran esta actividad se ven directamente afectadas por el paro, ya que no pueden despachar mercadería, cumplir con plazos internacionales ni asegurar continuidad comercial. Esto genera pérdidas económicas que no sólo afectan al empresario exportador, sino también a proveedores, transportistas, empleados, y otras pymes encadenadas en la actividad productiva.
“Nos están pisando la última manguera de oxígeno que nos queda frente al ahogo del mercado interno”, expresaron desde las Cámaras gremiales que integran la Confederación Económica de Misiones (CEM), reflejando el sentimiento de ahogo que recorre el sector privado.
El reclamo de fondo: declarar la Aduana como servicio esencial
La Confederación Económica de Misiones considera necesario que el Gobierno Nacional evalúe declarar a la Aduana como un servicio esencial , tal como ocurre con la salud o la seguridad, para garantizar su operatividad continua. De esta manera, se protegería la actividad económica regional, sin negar los derechos laborales del sector, pero evitando interrupciones que agraven la ya frágil situación del comercio exterior.
Incluso, desde el ámbito empresario, se propone que el Gobierno Provincial respalde este pedido como parte de una estrategia mayor para posicionar a Misiones como una provincia exportadora sólida, confiable y en crecimiento.
El daño colateral: una cadena productiva paralizada
La medida gremial no sólo paraliza las exportaciones. También genera consecuencias invisibles pero profundas: contratos internacionales en peligro, pérdidas por productos perecederos, suspensiones de personal y desincentivo a nuevos negocios. En una economía regional donde cada dólar cuenta, el freno aduanero representa un golpe estructural .
Además, muchas pymes exportadoras son tractores económicos de otras más pequeñas , que dependen de ellas para sobrevivir. Sin actividad en frontera, se cae todo el ecosistema.
¿Quién da la cara por la producción misionera?
El reclamo es concreto: «No estamos para soportar semejante medida de huelga. El daño colateral es demasiado grande«.
Reflexión final
El conflicto que atraviesa hoy el sistema aduanero argentino no es sólo un reclamo gremial, es un síntoma de un modelo que parece no encontrar equilibrio entre los derechos de los trabajadores y las necesidades productivas del país. En provincias como Misiones, donde exportar no es una opción sino una necesidad, cada día de aduana paralizada no se mide sólo en contenedores detenidos, sino en oportunidades perdidas, empleos amenazados y sueños que se posponen.
El conflicto que atraviesa hoy el sistema aduanero argentino no es sólo un reclamo gremial, es un síntoma de un modelo que parece no encontrar equilibrio entre los derechos de los trabajadores y las necesidades productivas del país. En provincias como Misiones, donde exportar no es una opción sino una necesidad, cada día de aduana paralizada no se mide sólo en contenedores detenidos, sino en oportunidades perdidas, empleos amenazados y sueños que se posponen.
Si no somos capaces de asegurar el funcionamiento básico del Estado en sus funciones estratégicas —como la logística del comercio exterior—, ¿Cómo podremos aspirar a ser un País en desarrollo sostenible e inclusivo?