Preocupación en el Garrahan. Denuncian vaciamiento y sueldos «de pobreza»
El hospital pediátrico de referencia atraviesa una crisis estructural: residentes alertan por falta de personal, sueldos indignos y riesgo en la atención infantil.
El Hospital Garrahan, símbolo nacional de salud pediátrica, está en el centro de una tormenta. Profesionales en formación denuncian un vaciamiento progresivo del sistema y salarios que no alcanzan la línea de pobreza. El reclamo incluye condiciones laborales que ponen en jaque no sólo la calidad de vida de quienes trabajan allí, sino también la atención a miles de pacientes.
Los residentes, que cumplen semanas de trabajo de hasta 70 horas y hasta seis guardias de 24 horas mensuales, cobran alrededor de $797.000, lo que equivale a menos de $2.900 por hora. Con una inflación acumulada que arrasó el poder adquisitivo, muchos aseguran que deben sostenerse con ayuda familiar o buscar segundos empleos para cubrir gastos básicos.
A este panorama se suma otro dato alarmante: desde 2023, más de 200 profesionales renunciaron y no fueron reemplazados. Hoy, de las 500 camas que tiene el hospital, muchas no pueden ser ocupadas por falta de personal. Esto deriva en demoras, menor capacidad de respuesta y un desgaste creciente para quienes aún siguen en funciones.
Aunque el Gobierno nacional negó que haya un proceso de desfinanciamiento, y sostuvo que el presupuesto de este año es «superior al anterior», desde los equipos médicos insisten en que la situación real no coincide con los números oficiales. Para muchos trabajadores, lo que está en juego no es una interna gremial, sino el futuro mismo del Garrahan como institución pública y de referencia.
Tras una nueva medida de fuerza, el Ministerio de Capital Humano dictó la conciliación obligatoria. Aun así, los residentes marcharon este miércoles desde el hospital hacia el Congreso, reclamando no sólo mejoras salariales, sino también el respeto por la salud como derecho básico.