Sociedad

Ringo Starr cumplió 85 el ritmo inquebrantable

El 7 de julio fue cumpleaños de Ringo Starr. Cumplió 85 años, y Ringo Starr no solo sigue tocando la batería: sigue dando saltos en los ensayos. Mientras el mundo lo celebra como el primer Beatle en alcanzar esa edad, Starr parece desafiar al tiempo con la misma soltura con la que acompasó una revolución musical desde su batería. Lejos de retirarse, el legendario músico lanzó un álbum country, estuvo de gira con su All-Starr Band y participó en colaboraciones con artistas de varias generaciones.

“Me miro en el espejo y tengo 24 años. Nunca pasé de los 24”, dice con esa mezcla de humildad y picardía que lo caracteriza. Pero si bien se ríe del tiempo, también se toma en serio su mantra personal: “paz y amor”, una frase que repite como un ritual cada 7 de julio, el día de su cumpleaños, e invita a sus seguidores a compartirla desde donde estén.

Un origen modesto, una vocación temprana.

Nacido como Richard Starkey en el barrio obrero de Dingle, en Liverpool, la infancia de Ringo estuvo marcada por graves problemas de salud y largas hospitalizaciones. Fue justamente en un sanatorio donde descubrió su pasión por la percusión, al tocar por primera vez un tambor que un maestro llevó para animar a los niños enfermos. “Le di al tambor y desde ese momento solo quería ser baterista”, recuerda.

Ese amor por la batería lo llevó a formar parte de bandas locales hasta que finalmente se unió a los Beatles, reemplazando a Pete Best en 1962. La decisión resultaría clave no solo para el sonido del grupo, sino para su cohesión. Como diría años después Paul McCartney: “Él es Ringo. Y nadie más lo es”. El Beatle que no necesitaba brillar para ser brillante Durante años, fue el miembro menos celebrado de la banda, al menos por la crítica. Sin embargo, músicos y compañeros reconocen su singularidad. “Es imposible tocar como lo hacía Ringo en los Beatles”, dice Max Weinberg, baterista de Bruce Springsteen. “No era solo ritmo: era fraseo, era carácter”.

Su estilo discreto pero preciso, melódico y perfectamente ajustado a las canciones, convirtió a Starr en una figura admirada por quienes entienden la batería como un arte narrativo más que técnico. “Todos los grandes músicos interpretan la historia. Ringo toca la letra”, resume el productor T Bone Burnett.

Ringo y el tiempo: un vínculo de humor, humildad y legado

Una anécdota con Weinberg resume el carácter de Starr: desde su cumpleaños número 45, cada año le repite a su amigo la misma broma: “¿Eso no te hace sentir viejo?”. Hoy, con 85, esa frase ha adquirido una dimensión irónica y tierna. Pero Ringo no vive en la nostalgia. Su presente está lleno de música, colaboraciones y proyectos futuros.

Incluso participó activamente en la escritura del guión de su próxima biopic, dirigida por Sam Mendes, una de las cuatro películas que el cineasta prepara sobre los Beatles. Para Starr, era fundamental que la representación de su historia —especialmente la de su relación con su primera esposa, Maureen— fuese honesta y cercana.

El último estribillo Ringo y Paul McCartney han sido los únicos Beatles vivos durante casi 25 años, y su vínculo, lejos de debilitarse, se ha fortalecido. “Nos damos cuenta de que es muy especial lo que tenemos”, dice McCartney. “Solo estamos Ringo y yo, y somos los únicos que podemos compartir esos recuerdos”. Hoy, Ringo Starr es mucho más que el baterista de los Beatles. Es una figura de resistencia vital, una leyenda que no necesita mitología: le basta con su humanidad, su ritmo inconfundible y una sonrisa que, como su música, sigue sonando sincera. “Me encanta la vida que se me permite vivir”, dice. Y se nota.

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