Santiago de Liniers a 78 años de su fundación
Fundado en 1947, el municipio misionero del norte provincial recuerda a sus pioneros y el esfuerzo de las familias inmigrantes que transformaron la selva en un espacio productivo.

Una comunidad que nació en la selva
El municipio de Santiago de Liniers, conmemora el 78º aniversario de su fundación oficial, ocurrida el 11 de noviembre de 1947. Aquel día, el entonces gobernador del Territorio Nacional, Aparicio Almeida, estableció la Primera Comisión de Fomento, dando origen institucional a un pueblo que ya venía formándose desde la década de 1930.
El asentamiento inicial surgió a partir de la apertura de la Picada Colonizadora, actual Ruta Provincial 17, que permitió el ingreso de familias inmigrantes de origen europeo —principalmente alemanes, suizos, polacos y ucranianos—, de Brasil y Paraguay. Estas familias trabajaron en la explotación forestal, la yerba mate y la agricultura, actividades que definieron el perfil productivo de la región.
Pioneros y primeras instituciones
La primera Comisión de Fomento fue presidida por Adolfo Osterwalder, acompañado por Eduardo Badié, Godofredo Schenkel, Guillermo Meisser y Conrado Kólln. Sus nombres quedaron ligados a la construcción de las bases organizativas de la localidad.
En 1951 se inauguró la Escuela Nacional N.º 321, la primera institución educativa formal de Santiago de Liniers. Para muchas familias pioneras, representó un cambio fundamental: el acceso de sus hijos a la educación pública en medio de la selva. Los testimonios orales de descendientes de colonos recuerdan los recorridos a caballo o a pie entre chacras y montes para llegar a clases, reflejo del esfuerzo comunitario por sostener la vida escolar.
Economía forestal y agrícola
El crecimiento económico del municipio se apoyó en la industria maderera, la forestación y la ganadería, con cultivos de yerba mate, mandioca y cítricos. Actualmente, la localidad mantiene un perfil productivo basado en estas actividades, y se destaca la presencia de empresas dedicadas a la fabricación de embalajes de exportación.
Además, Santiago de Liniers cuenta con un patrimonio natural relevante: la Reserva Marion Lehman, un área privada de más de 600 hectáreas de bosque nativo atravesadas por el arroyo Piray Guazú, que combina conservación ambiental con turismo de naturaleza.
Memoria de los fundadores
Los apellidos Osterwalder, Badié, Schenkel, Meisser, Kólln, Hapke, Schoenfisch, Alegre, Gebhardt, Hermann y Christoffel forman parte de la memoria oral de los vecinos y aparecen asociados a oficios y actividades de los primeros años. Entrevistas recientes a descendientes, como la de Eduardo Grossmann, reafirman la importancia del arraigo: “Nací acá, y no pienso irme a ningún lado, esta ciudad es mi vida”, señaló en un aniversario.
Estas voces permiten comprender que la historia local no se limita a un acto fundacional, sino que está hecha de múltiples esfuerzos silenciosos que dieron sustento al municipio.
Un legado que invita a reflexionar
Santiago de Liniers se erige hoy como un ejemplo de colonización agrícola-forestal en Misiones. Su recorrido histórico muestra cómo la apertura de una picada, la llegada de inmigrantes y la formalización institucional dieron paso a un entramado social que aún conserva raíces culturales profundas.
En un contexto donde la memoria de los pueblos pequeños suele quedar relegada, recordar la fundación de este municipio invita a reflexionar sobre la fuerza de las comunidades rurales, su capacidad de adaptación y el valor de transmitir a nuevas generaciones la historia de quienes abrieron camino en la selva misionera.