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Simón Bolívar. El nacimiento del proyecto de una América unida

Hoy se cumplen 242 años del nacimiento de Simón Bolívar, figura central en la independencia de América Latina. Poco conocido es que tras su paso por Europa, propuso un modelo de federación continental inspirado en el Congreso de Viena y las ideas republicanas de la Ilustración.

Un nacimiento en tiempos de revolución

Simón Bolívar nació un 24 de julio de 1783 en Caracas y murió el 17 de diciembre de 1830 en Santa Marta, Colombia. Fue una de las figuras fundamentales en los procesos independentistas de América del Sur. A través de sus campañas militares, impulsó la emancipación de Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia y Panamá. Sin embargo, la trascendencia de Bolívar no radica exclusivamente en sus victorias bélicas, sino en su concepción estratégica de un modelo continental republicano que aún hoy sigue siendo motivo de estudio y debate historiográfico.

Historiadores latinoamericanos como Jorge Abelardo Ramos, Norberto Galasso y Manuel Galich coinciden en que Bolívar no fue sólo un caudillo militar, sino el autor de una visión geopolítica integradora, que proponía resistir tanto al dominio colonial español como a las nuevas formas de subordinación económica ejercidas por potencias extranjeras.

En documentos clave como la Carta de Jamaica (1815) y el Discurso de Angostura (1819), Bolívar advirtió que, sin una sólida unidad entre los nuevos estados americanos, el continente quedaría expuesto a la fragmentación y la dependencia.

La Gran Colombia: intento de unidad continental

Este pensamiento fue puesto en práctica con la creación de la Gran Colombia, un esfuerzo concreto por federar a varias repúblicas nacientes bajo un sistema común de defensa, comercio y diplomacia.
Si bien la experiencia fracasó, debido a tensiones internas y conflictos entre élites regionales, marcó un precedente inédito en la historia latinoamericana. Bolívar proponía un modelo político que limitara el poder desintegrador de las oligarquías locales y que fomentara el desarrollo de gobiernos fuertes, ilustrados y soberanos.

El revisionismo rescata su mirada geopolítica

Para el historiador Galasso, Bolívar representa el punto más alto de una tradición emancipadora que “concibió la independencia como un proceso colectivo continental, no como una sumatoria de patrias chicas”.

En esta línea, su relación con José de San Martín, especialmente tras el Encuentro de Guayaquil en 1822, ha sido interpretada como una transición táctica. San Martín, sin apoyo político ni militar suficiente, cedió el mando del proceso a Bolívar, permitiendo así la conclusión de la guerra en el sur.

Independencia política sí, pero no económica

En términos historiográficos, el revisionismo latinoamericano rescata a Bolívar como una figura clave para comprender las contradicciones estructurales del siglo XIX, donde los procesos de independencia no siempre implicaron una ruptura con las estructuras coloniales.

Según Abelardo Ramos, Bolívar “buscó una independencia total, no sólo política, sino también económica y cultural, que las clases dominantes de entonces no estaban dispuestas a acompañar”.

Un legado reinterpretado en el siglo XXI

El legado de Bolívar ha sido reinterpretado a lo largo del siglo XX y XXI. Líderes como Fidel Castro, Hugo Chávez y Evo Morales lo han citado como símbolo de los esfuerzos contemporáneos por una integración regional soberana, en contraposición a modelos de desarrollo dependiente.

Sin embargo, más allá de su utilización política, el pensamiento bolivariano continúa siendo objeto de investigaciones académicas, congresos internacionales y relecturas que lo ubican dentro de una tradición geoestratégica propia del sur global.

Una propuesta aún inconclusa

Hoy, a más de dos siglos de su nacimiento, el ideario de Bolívar sigue vigente en los debates sobre el rol de América Latina en el escenario mundial. En un contexto de tensiones globales, reconfiguración del poder multipolar y crisis de los organismos internacionales, la pregunta bolivariana sobre la unidad continental vuelve a adquirir relevancia: ¿es posible un modelo propio de integración, desarrollo y soberanía en el siglo XXI?

La efeméride de su natalicio no sólo recuerda a un líder de la independencia, sino que invita a reflexionar sobre la vigencia de su propuesta inconclusa: una América Latina unida, articulada y con voz propia en el concierto de las naciones.

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