Solo 4 de cada 10 mujeres en Argentina tiene información suficiente sobre cómo cuidar su salud mamaria
En Argentina, el cáncer de mama representa una de las principales causas de mortalidad entre mujeres, con más de 22.000 nuevos casos diagnosticados cada año y más de 6.000 muertes anuales. A pesar de que la detección temprana permite una curación en más del 90% de los casos, la falta de información continúa siendo un obstáculo crítico.
Una reciente encuesta reveló que solo 4 de cada 10 mujeres cuentan con información suficiente sobre cómo cuidar su salud mamaria, en términos de exámenes preventivos, síntomas y derechos como pacientes. Este dato se desprende del Índice de Concientización de Cáncer de Mama, una herramienta presentada por la Fundación Instituto Natura y Avon en el marco de Octubre Rosa.

La brecha informativa: un problema persistente
El índice evaluó los conocimientos y prácticas de más de 1.000 mujeres mayores de 18 años en distintas regiones del país. Si bien el 70% aseguró conocer a alguien con cáncer —y el 45% lo asoció directamente al cáncer de mama—, este contacto con la enfermedad no se traduce en un conocimiento suficiente para prevenir o detectar a tiempo el padecimiento.
En particular, 6 de cada 10 mujeres identificaron la aparición de un nódulo como el principal signo de alerta. Sin embargo, los especialistas advierten que el cáncer de mama puede desarrollarse de forma asintomática en sus etapas iniciales, por lo que esperar la aparición de un bulto puede retrasar diagnósticos cruciales.
Mamografía: baja conciencia sobre cuándo y cómo
Si bien el 60% de las mujeres reconoce que la mamografía es el estudio clave para la detección, apenas 2 de cada 10 saben a qué edad deben comenzar a realizarse este control en ausencia de síntomas o antecedentes. A esto se suma que más del 50% desconoce que puede solicitar una mamografía antes de esa edad si tiene antecedentes familiares o presenta síntomas.
Este desconocimiento aumenta el riesgo de diagnósticos tardíos, sobre todo entre quienes no acceden fácilmente a atención médica o información confiable.
Prácticas preventivas: intención sin acción
Aunque el 80% de las mujeres entrevistadas expresó interés en modificar sus hábitos para cuidar su salud, 4 de cada 10 admiten no realizar prácticas preventivas, como una alimentación saludable o actividad física regular.
La encuesta muestra que el acceso a prácticas saludables está fuertemente vinculado al nivel socioeconómico: el 58% de quienes logran mantener estos hábitos pertenecen a sectores con mayor educación y recursos económicos.
Aunque no hay pruebas definitivas de que ciertos hábitos eviten el cáncer de mama, las principales sociedades científicas coinciden en que un estilo de vida saludable contribuye significativamente al bienestar general y facilita la detección temprana.
Cobertura médica: otro punto débil
El estudio también reveló confusión respecto a la cobertura médica para estudios de detección. Solo la mitad de las mujeres sabe que las mamografías, ecografías y estudios complementarios están cubiertos por el sistema público, obras sociales y prepagas, lo que puede generar barreras adicionales para acceder a controles fundamentales.
Conclusión: información como herramienta de vida
A pesar del contacto frecuente con el cáncer de mama en el entorno personal, la información disponible no es suficiente ni equitativa. El índice de concientización busca visibilizar esta brecha y convertirse en una herramienta útil para ONGs, centros de salud y organismos públicos.
En un contexto donde el cáncer de mama sigue siendo una amenaza tangible, acceder a información clara y oportuna puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte. La salud mamaria debe dejar de ser un tema tabú y transformarse en una prioridad de salud pública con enfoque territorial y de género.