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Trump impone aranceles del 100% a chips para forzar producción local

Donald Trump ha anunciado una drástica medida que impactará directamente en la cadena de suministro tecnológica global: la imposición de aranceles del 100% a la importación de chips y semiconductores. Esta decisión busca presionar a las empresas para que trasladen su fabricación a territorio estadounidense.

La noticia fue revelada en una conferencia junto a Tim Cook, CEO de Apple, en la Casa Blanca, marcando un nuevo capítulo en la política comercial de Washington y una escalada en la búsqueda de equilibrar la balanza de pagos estadounidense. El mandatario dejó claro que la producción en EE.UU. eximirá a las empresas de estos recargos, aunque se analizará cada caso individualmente.

Reacción de la industria y grandes inversiones

La respuesta de gigantes tecnológicos no se ha hecho esperar. Apple, en voz de su CEO Tim Cook, se ha comprometido a una inversión de 100.000 millones de dólares para potenciar la producción dentro de Estados Unidos, elevando su compromiso total a más de 600.000 millones de dólares en el país. No es la única: la industria de semiconductores, en su conjunto, ya ha comprometido más de 600.000 millones de dólares en inversiones y más de 130 proyectos desde 2020.

Empresas clave como TSMC, el mayor productor de chips a nivel mundial, prometió 165.000 millones de dólares en inversión en suelo estadounidense, y Nvidia, la compañía más valiosa del mundo, anunció una inversión de 500.000 millones de dólares en infraestructura para inteligencia artificial en los próximos cuatro años. Global Foundries también ha anticipado movimientos de producción, aunque no de forma total.

Impacto global y riesgos económicos

Esta política arancelaria no solo reconfigura el panorama industrial, sino que augura posibles repercusiones para el consumidor final. Expertos advierten que la medida podría agravar los «cuellos de botella» existentes y, consecuentemente, elevar aún más los precios de componentes cruciales como las GPU, en un mercado con demanda creciente. Países como Taiwán y la Unión Europea, importantes proveedores de semiconductores, ya enfrentan aranceles previos del 20% y 15% respectivamente. China, aunque no incluida en esta última ronda por estar en negociaciones, mantiene un arancel del 30%.

Nigel Green, CEO de deVere Group, enfatiza que estos aranceles están forzando una reorientación de prioridades comerciales y estratégicas, impulsando al mundo hacia la consolidación de múltiples centros de poder económico. Además, la dependencia global de China, que controla el 95% del suministro de minerales estratégicos como galio y germanio, esenciales para los semiconductores, plantea un desafío estructural significativo para cualquier intento de relocalización total.

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