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Uruguay legalizó la eutanasia: el Senado aprobó la Ley de Muerte Digna

Tras más de una década de debates sociales, éticos y legislativos, Uruguay se convirtió este miércoles en uno de los pocos países de América Latina en legalizar la eutanasia. La Cámara de Senadores aprobó el proyecto de Ley de Muerte Digna, que despenaliza esta práctica para mayores de edad con enfermedades incurables e irreversibles, o que sufran dolencias que les provoquen un dolor insoportable.

Diputados durante la sesión en la Cámara Baja en la que se aprobó la regularización de la eutanasia, en Montevideo (Uruguay). 

Qué establece la nueva ley

La norma garantiza el derecho de los ciudadanos a “transcurrir dignamente el proceso de morir”. Para acceder a la eutanasia, la persona debe ser mayor de edad, estar en pleno uso de sus facultades mentales, atravesar una enfermedad en etapa terminal o padecer sufrimientos físicos o psíquicos considerados insoportables.

Además, se podrán acoger a esta legislación los ciudadanos uruguayos naturales o legales, y también los extranjeros con residencia habitual comprobada en Uruguay.

El procedimiento está regulado en detalle: incluye etapas de evaluación médica, consentimiento informado y la participación de un equipo profesional, con controles destinados a asegurar que se trata de una decisión libre, voluntaria y reflexiva.

Una ley humanitaria y liberal, según sus impulsores

Durante el extenso debate de más de diez horas en el Senado, los legisladores del Frente Amplio defendieron la medida como un paso clave en materia de derechos individuales. También sumaron votos a favor algunos representantes del Partido Colorado y del Partido Nacional.

“Este proyecto ha sido construido con responsabilidad. Se han establecido garantías claras para proteger a los pacientes. Se deposita confianza en los profesionales de la salud y se respeta la voluntad individual”, afirmó el senador del Frente Amplio Daniel Borbonet.

Por su parte, Ope Pasquet, senador colorado, describió la ley como “necesaria, liberal y humanitaria”. En diálogo con la Agencia EFE, señaló: “Hay mucha gente que llega al final de su vida con sufrimientos insoportables. Esta ley permite que quienes lo deseen, puedan evitar ese tramo final de dolor”.

No es una obligación, sino un derecho

Los defensores de la norma subrayaron que esta ley no obliga a nadie a recurrir a la eutanasia. “No sustituye lo ya existente y no impone conducta”, insistió Borbonet. “El derecho a decidir no puede ser criminalizado”.

También se contemplan objeciones de conciencia por parte de los profesionales de la salud que no deseen participar del procedimiento, algo que será reglamentado en la etapa posterior a la promulgación.

Próximos pasos: reglamentación y comisión de control

Una vez promulgada por el Poder Ejecutivo, la ley deberá ser reglamentada en un plazo de 180 días. Posteriormente, se conformará una Comisión Honoraria de Revisión, presidida por el Ministerio de Salud Pública, e integrada por representantes del Colegio Médico, la Universidad de la República y la Institución Nacional de Derechos Humanos.

Esta comisión supervisará que los procedimientos se lleven adelante conforme a la ley y presentará un informe anual sobre su funcionamiento.

Uruguay, a la vanguardia en derechos civiles

Con esta decisión, Uruguay consolida su posición de liderazgo regional en temas de bioética y derechos civiles. El país ya fue pionero en la legalización del matrimonio igualitario, la regulación del cannabis y la interrupción voluntaria del embarazo.

La Ley de Muerte Digna representa un nuevo avance en la autonomía personal y el respeto a las decisiones individuales sobre el final de la vida.

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